martes, 12 de octubre de 2010

Aires de soledad.

José mira todo el día la carretera. A veces cuenta los autos. A veces no. A veces atiende hasta a 3 personas a la vez. De esto ya tiene como un mes que no lo hace. La televisión se descompuso y no hay dinero para arreglarla, dice el patrón. Lo único que hace es leer el periódico todos los días y de vez en cuando platica con los clientes. Esta pensando en ir a la escuela para tener un futuro mejor, pero aun no se decide. A veces quiere manejar un carro, un autobús, un trailer, una pipa, lo que sea. Piensa que esa es la única forma de conocer muchos lugares. A veces piensa en la escuela. José trabaja todos los días en una refaccionaria a orilla de la carretera que conduce a la gran ciudad. Pasan muchos carros, pero no todos se detienen. Parecería que no vende mucho, pero en realidad vende lo suficiente. José barre y trapea todos los días sin excepción. De ahí un día lo destina para limpiar el anaquel de aceites, otro para el anaquel de refacciones, otro día el otro y así sucesivamente. Hace esto porque si le dedicara un día, tendría seis días sin hacer nada. Aun así tiene muchas horas libres. Últimamente escribe en un cuaderno que es una especie de diario. Lo guarda muy bien para que nadie lo vea. Su patrón casi no está con el. Siempre esta en su casa o de viaje o comprando refacciones o quien sabe donde. Muchos dicen que tiene otra mujer. Pero José nunca lo ha visto con alguien que no sea su esposa y mucho menos una mujer pregunta por el ya sea por teléfono o en la refaccionaria.

Marco se encierra en su habitación. Espera que pronto empiecen las clases para salir al menos un rato. Las lluvias continúan en todo el país y hay un pronóstico poco alentador. Marco ya se aburrió del Play Station, del Wii y del Internet. Ayer hablo con Ofelia la mayor parte de la tarde y tuvo que interrumpir su conversación por que su madre ocupo el teléfono. Marco ya no sabe que hacer. Ya se aburrió de todo. Marco hubiera deseado que su hermana Cristina no se hubiera ido a estudiar a otro estado. Al menos así la estuviera molestando todo el día y no tendría este aburrimiento que trae ahora. Marco tiene una vida normal, vida que trascurriría de la manera más normal si las lluvias cesaran un poco. No puede salir con sus amigos, no puede salir con su novia. No puede hacer nada.

José mira la carretera y cuenta los autos por color, por modelo, por tamaño. Se aburre todos los días, pero tiene que llevar dinero a su casa. La escuela es un lujo que no puede darse, piensa últimamente. Ahora quiere ser chofer para así no ver lo mismo todos los días. Ya habló con un taxista que regularmente le compra. Ahora José esta ilusionado.

La mañana de ayer Verónica se acordó de Manuel. En una ocasión el le hablo por teléfono pero ella no estaba. Sesenta y cinco días después se encontraron en una de esas plazas done hay zapaterías, tiendas de comida rápida, supermercados, tiendas departamentales y muchos mas locales con muchos artículos en venta. Se saludaron como si no si hubieran visto en mucho tiempo (lo cual era muy cierto) y estuvieron platicando alrededor de treinta minutos. Ninguno de los dos quería irse, pero ella tenía que llegar al cuarto para las seis al otro lado de la ciudad y si no quería llegar con retraso tenía que apurarse. Se despidieron y prometieron hablarse por teléfono. Claro, pasaron los días y ninguno lo hizo aunque Verónica se acordó sesenta días después. Incluso recordó que el ya la había llamado a su casa y ella no se encontraba. “¿Qué quería?”, pensó. Y como es que el día que lo vio no se acordó en preguntarle. Quiso marcarle, pero pensó que era una mala idea. Y de ahí no paso.

Le costó lo que le cuesta a cualquier persona aprender algo nuevo cuando tiene ganas de hacerlo. Lo que lo ponía nervioso era el trato con las personas. No estaba acostumbrado a ver a tanta gente y mucho menos a tratar con ellos en tan poco tiempo. En la refaccionaria llegaban los mismos y de vez en cuando pasaban personas que no lo habían hecho y nunca más lo volvían a hacer. Esto era diferente para el. Con el tiempo se acostumbro y le fue agradando cada día más.

Dicen que el silencio grato entre dos personas habla de una gran amistad, algo así, la frase se escucha mejor y no como lo acabo de decir. Sin embargo me acordé de esto por que estoy a punto de escribir de una persona que se queda callada en las conversaciones. Empieza a hablar y minutos después es como si ya no tuviera nada que decir. Entonces en mi historia su silencio refleja que quiere decir algo mas, pero no sabe como. Y a partir de esto hecho se desencadena la historia por que empieza a recordar y es así como nacen las historias, creo.

Hoy, al pasar por una escuela José recordó que quería regresar a estudiar. Ha estado pensativo, pero hay algo que le preocupa. No tiene muchos gastos y dejar el taxi le privara de ese ingreso si vuelve a la escuela. Ahora se da cuenta que no tiene con quien platicarlo. Con sus compañeros de trabajo solo se platican mamadas y nada en serio. José seguirá pensativo el resto de la semana. En la esquina de Tacubaya con Morelos, José vio a Don Cesar con otra mujer. Entonces se dio cuenta por que el nunca lo había visto con alguien mas. Fue hasta entonces cuando se le ocurrió ir a la refaccionaria a preguntarle a su ex patrón pero con lo que vio ya no le quedaron ganas de ir.

Hoy fue un día aburrido. Me la pase viendo la televisión toda la mañana. No tuve partido de fútbol y tampoco tuve ganas de salir a la calle. El teléfono queda a unos metros de dónde estoy acostado y a pesar de estirarme lo suficiente no lo alcancé. Imaginé que el piso era el océano. Pero eso no era muy peligroso entonces pensé que había una gran tormenta y lo mejor era no bajarse del barco solo para alcanzar un simple teléfono.

Nadie sabe exactamente que fue lo que convenció a José a regresar a la escuela.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Pensamientos.

Bien. Estoy aquí después de varios meses sin escribir nada. Me hago acompañar de varios discos, de varios lapiceros, de varias hojas. La computadora, mi escritorio, mi silla, todo esta en orden. Solo espero que no sea difícil tener un tema para empezar. Solo espero escribir cada mes en mi blog. Algún tiempo atrás pensé que si volvía a escribir todos mis demonios existenciales saldrían de nuevo y no me dejarían en paz. Ahora pienso que es necesario liberarlos y seguir adelante. Tal vez las palabras son una tontería. Tal vez debo hacer algo que me deje dinero. Vender pepitas en la calle, poner mi propio negocio, dejar de pensar en escribir tonterías. O en su defecto escribir poemas o historia hermosas, quizás frases y mensajes optimistas para este mundo caótico.

El trabajo ha matado mi inspiración. Ya no tengo tiempo para mí. Y no se que es lo que a ocasionado que vuelva a recordar ciertas cosas del pasado. Mi paso por la universidad, mis amigos, las cosas que solía hacer. No entiendo porque tengo que trabajar. Mejor dicho, el trabajo no es lo que esta mal. Los salarios, el estrés, la presión, el país es lo que esta mal. Le hemos dado el valor que realmente no tiene al dinero. En una entrevista a Cris Martin (Coldplay) dijo que no podía soportar las injusticias. Esto porque en alguna ocasión le toco ver a un niño en la cárcel. Y el pensó que no debería estar ahí. Y que seguramente hay mucha gente que no debería estar ahí. Pero la verdad no quiero hablar de cosas tristes.

No he visto a Sofía. Y así esta bien. Conservo un bonito recuerdo de ella. Y así quiero que quede. Nuestra relación se venia deteriorando y cuando empecé a trabajar se acabó. Si de por si ya no nos veíamos con esto nos alejamos mas. Solo nos vimos para decirnos adiós. Después de esto le hablé tres o cuatro veces por teléfono. Pero de seis meses para acá ya no lo he hecho. Se que tiene novio, que esta estudiando una maestría y que en términos generales esta bien. Me pregunto si el día que me entere que está embarazada o que se va a casar lo seguiré tomando tan normal como a la fecha. Debería. Espero que mis sentimientos no se colapsen. A veces me da curiosidad por revisar sus fotos en su facebook, pero esto es masoquista. Se que no voy a encontrar una foto de Sofía con su novio. Ella no es así. Lo que pasa es que ver su foto es añorarla. Prefiero recordarla en ocasiones así como hoy y nada más. Y nada más.

Aun no se me ocurre que escribir. Pero lo que sea que escriba no lo leeré muchas veces para que no me parezca ridículo. Revisare mi ortografía aunque seguramente por ahí tendré una falta. Quizá no debería importarme. En muchas redes sociales escriben mal y hasta parece que a propósito. Es interesante pensar lo que sucederá con los años en este tema. Pienso que habrá polémica: la “c” la “k” y la “q” ¿tendrán el mismo uso? Se me ocurre escribir una historia de amor intensa. Ana y Miguel serán los protagonistas. Ya estoy imaginando las cosas que se van a decir. Lo apuntare antes de que se me olvide. Que mejor hacerlo en el mes que mas me gusta escribir.

lunes, 10 de mayo de 2010

El cuaderno a rayas.

Claudia dice que escribo bien. Es bueno que lo mencione. Al menos me da un motivo para seguir haciéndolo. Hace mucho que no la veo. En alguna ocasión le mande un mensaje diciéndole que si viviera cerca la buscaría mucho para platicar. A veces la encuentro en el Messenger. A veces le hablo por teléfono. Nuestras vidas se separaran y quizá algún día ya no sepa de ella. Eso suele suceder cuando las personas se dejan de ver. Aun así le deseo lo mejor en su vida por que se que ella también quiere lo mejor para mí.

Estoy sentado al borde de mi cama y escucho música de la radio. Me vienen ideas y pensamientos. Me vienen recuerdos. Pienso en Camelia. Me hubiera gustado conocerla más. Salir a platicar con ella. Las circunstancias de la vida o como se llame (si es que tiene un nombre) hicieron que las cosas no fueran así. Ahora me han dicho que la han visto con alguien. Seguramente es su novio. De cualquier forma a ella no le intereso como algo más. Tal vez como amigo y ya. Ese tipo de cosas duelen. Pero no es un dolor físico. No sé exactamente en qué parte del cuerpo se siente. Y no sé que mas decir al respecto. Es algo por lo cual ya no he pasado y no quiero volver a pasar. Es probable que el tiempo nos enseñe a vivir y todo se vuelve soportable con el paso de los años. Imaginaba cosas con Camelia. Cosas propias de enamorados. Me ilusione. Y lo poco que llegue a conocerla me hizo pensar que era el amor de mi vida. Tal vez suene cursi, pero algún día encontrare al amor de mi vida.

He dejado de pensar y hacer muchas cosas. A veces las extraño pero mi ritmo de vida no me permite recuperarlas. Antes me preocupaba porque me faltaban muchos libros por leer. Ahora ya no le tomo importancia. Ya no voy al cine y el cable del audio del DVD no sirve. Debo conseguir otro para ver películas por la tarde. Eso me permitirá soñar y hacer de este mundo un poco más tolerable. Pensándolo bien debo permitirme recuperar esas actividades y hacerlas una vez por semana. No creí que la vida cambiara tanto. ¿Cambie yo también? ¿Soy más bueno? ¿Más malo? ¿Más serio? ¿Más alegre? Y lo más importante ¿estoy conforme con mi manera de ser?

Los domingos tengo tiempo libre. Arreglo mi habitación, veo televisión, escucho música y salgo un rato a la calle. Cuando me doy cuenta el día termino. Antes los domingos eran insoportables/agradables. Insoportables porque con solo pensar que al día siguiente había que trabajar sentía un gran pesar, un gran vacío, una gran inconformidad. Y lo peor de todo era que así seria por el resto de mi vida. Agradables porque no había trabajo, me relajaba y si era posible me podía divertir, cosa que entre semana no lograba conseguir. Ahora es distinto. Creo que ya me acostumbre. Ya no pienso en muchas cosas. La vida es más simple de lo que parece. Vive y deja vivir. Esto ultimo no recuerdo si es la letra de una canción, pero estoy seguro que en algún lugar lo escuche y de una persona importante.

Empecé mis trámites de titilación. No hubo tristeza. No hubo recuerdos. No hubo un vacío en mi interior. Hace mucho calor. Imágenes del pasado de vez en cuando vuelven a mi memoria cuando escucho música. Eso me hace sentir bien y me da la posibilidad de sorprenderme al ver el cambio de aquel entonces al día de hoy. Dentro de esos gratos recuerdos esta Carmen, que por cierto, tiene como cinco meses que no la veo. En las noches me inspiro mejor cuando no hace calor. Me pongo a ver las estrellas como cuando era niño. Y si escucho música puedo seguir así por mucho tiempo. Y si me acompaña una hoja y un lapicero anoto todo lo que pienso. La idea de ser escritor ya la abandoné un poco por el tiempo. Regreso cansado del trabajo y lo que menos quiero es hacer algo. Espontáneamente anoto algo en mi cuaderno.

¿Qué voy a hacer con el tiempo que se pasa tan rápido? No me permite realizar todas las cosas que yo quiero. No me espera. El día de hoy se fue por completo. No me permitió sentirme pleno. No quisiera descuidar mi vida y el día que yo quiera recuperarla sea demasiado tarde. Observo el reloj. Es hora de dormir. Apagaré mi radio. Hoy no le hablé a Claudia. Quizá mañana. Ya tengo las fichas que voy a entregar. Tengo que pasar por Independencia y no quiero. El tráfico es insoportable en esa calle. Creo que no hay nada pendiente. Ya puse la alarma. Planché mi ropa. Oré. Ya me puse mi pijama a rayas como el cuaderno en el que escribo.

sábado, 10 de abril de 2010

Siempre en domingo.

Domingo en la mañana. El radio encendido. Ya salió el sol. Estoy en mi habitación. Una canción y otra que me llenan de emoción. Ayer vi a Hugo, pero él no me vio. Me pregunto si ya olvide la definición de la palabra amor. Porque tiene mucho tiempo que no lo he sentido. Y de vez en cuando algo lo trae a mi memoria. Una película, una persona, una rola. Creo que voy a empezar a caminar por las calles con el único fin de ver a alguien. Alguien que me ponga nervioso. Alguien que me haga sonreír. Ya no escribo. Ese oficio no es para mí. La televisión y el internet me distraen. Ahora platico mucho conmigo, es lo único que me queda. No extraño la escuela. Extraño a mis compañeros. Ahora platico con personas adultas y no es lo mismo. No pienso en el futuro, estoy convencido que no existe. Quisiera dejarme crecer el cabello. Quisiera quedarme el día de hoy acostado en mi cama. Levantarme mañana y sentirme renovado.