Mis escritos cambiaron
radicalmente. Me acusaron de blando, suave, literatura fácil, basura, rayando
en la superación personal. Eso no me importó. Siempre he escrito lo que he
querido. Si cambió fue porque vi la vida de forma diferente. Lo que escribía
antes me pareció que ya no iba con lo que estaba viviendo ahora. Ni con lo que
quería dejar a la humanidad. (En dado caso de que alguien me leyera). Lo único
que quise fue ser alguien congruente. Pero para todos los demás esa fue mi
mayor incongruencia.