lunes, 20 de enero de 2014

¿Qué hay en este blog?


- Voy a quemar lo que escribí.
- No lo quemes porque cuando escribes mueves algo.

Dialogo con Claudia Imari en diciembre de 2004




No crean todo lo que dice este blog. No es autobiográfico. Aquí muestro las cosas que escribo, porque sépase que en algún momento quise ser escritor. Y lo que hacía era escribir en hojas que fui acumulando. Escribía poco, escribía mucho y hasta ahí. Un día decidí enviar lo que escribo a mis amigos por e-mail. Recibí buenos comentarios y durante largo tiempo ellos eran los únicos que me leían.

En noviembre de 2008, Paul Auster vino a Oaxaca y una chava escribió en su blog acerca de la visita. Para decirle que yo también había estado ahí y que Auster es de mis escritores favoritos, tuve que abrir una cuenta. Así conocí otros blogs y me percaté que muchos lo usaban para escribir las cosas que les sucedían. Era interesante ir de blog en blog leyendo distintos puntos de vista y distintas vidas. Fue entonces que me di cuenta que aquí podía publicar mis textos para que más personas me leyeran. De esta manera dejé de enviar correos electrónicos y en septiembre de 2009 publiqué por primera vez.

¿Qué es exactamente lo que escribo? Simple y sencillamente historias que me vienen a la mente. Pensamientos, cosas que suceden a mí alrededor. Lo que sale de mi imaginación. Y muy de vez en cuando cosas y/o situaciones personales. Pero como dijo Mario Vargas Llosa: un escritor es lo contrario a un striptease.

Confieso que la sección hasta atrás de la revista día siete fue la que me inspiró para empezar a escribir. Pero no me pidan que diga porque escribo porque ni yo lo sé. Quizá porque soy alguien que piensa mucho y para escribir es necesario pensar. Aunque a veces no. Puedo escribir y escribir y escribir sin pensar demasiado lo que estoy escribiendo. Al final, corrijo unas cuantas cosas y ya queda listo.

Dada esta explicación que no se por qué no fue lo primero que publiqué y entré de lleno con mis textos, pero bueno. Espero les guste lo que encuentren aquí. ¡Oh sí, se me olvida! Mi nombre es José Manuel. Tengo 28 años. Soy licenciado en Administración. Me gusta la música, el cine, la literatura y el futbol. En algún momento de mi vida quise estudiar filosofía y letras. También quise jugar en la selección mexicana de futbol y ganar un mundial. Ahora no quiero oro ni quiero plata, lo único que quiero es romper la piñata, ja. Pero ya les dije, no crean todo lo que está escrito en este blog. Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira.


viernes, 10 de enero de 2014

Del pasado

Durante mucho tiempo el odio me motivó a escribir. Durante mucho tiempo no hice más que esconderme. Ahora me doy cuenta, aunque a decir verdad, ahora lo acepto. No sé si es demasiado tarde o estoy a tiempo. Yo no sé si debo pensar en esto. Las dudas son lo único que me invaden al recordar el pasado. Aun así, hay cosas que quiero recuperar. La escuela y los amigos son un claro ejemplo. Ahora nadie tiene tiempo y todo mundo tiene cosas que hacer, eso me caga. ¿Dónde quedaron mis ganas de cambiar el mundo? ¿Dónde quedo mi iniciativa, mi imaginación, mi motivación, mi creatividad? Solo me siento preso del tiempo y la rutina e incapaz de hacer algo por salirme de ella. ¿O esto es madurar?

Pronto cumpliré un año más y siento que no estoy haciendo nada de mi vida. Sí, tengo trabajo, un hogar, amigos, familia, pero algo me falta. Desde que terminé con Cecilia las ilusiones desaparecieron. La verdad es que no me he podido reponer. Una parte de mi se quedó con ella o desapareció y no he vuelto a ser el mismo. No me involucro sentimentalmente desde entonces. Me da miedo, si. No sé si esto suena ridículo o no, pero es la verdad. Eso sí, me da pena decirlo. Seguramente al principio de mi ruptura con Cecilia eso era muy evidente. Con el tiempo mi barrera se fue desarrollando de tal manera que nadie se da cuenta ahora. Al menos eso creo. A veces uno cree cosas que no son.

Me sé su número telefónico de memoria y aunque ya no le he marcado, a veces lo pienso. Es que no puedo olvidarla. Es que no puedo hacer como si no pasó nada. Es que me cuesta trabajo. Es que… me siento… seco. Es que no sé cómo decirlo. Me siento sin sentimientos. Como si las risas y las lágrimas se atoraron en una parte de mi cuerpo y no puedo sacarlas. Tal vez necesito tener de frente a Cecilia. Tal vez necesito verla con otro. Saber que es feliz. Y aceptarlo. ¡Maldita sea!

Durante mucho tiempo el odio me motivó a escribir. Luego llegó Cecilia a mi vida y ya no tuve tiempo para nada.