sábado, 10 de marzo de 2012

Indescriptible.

¿Sabes? A veces me da miedo escribir. Desde que leí que nuestros pensamientos se vuelven realidad cuido mucho lo que redacto. Trato de reflejar esperanza, alegría, emoción y felicidad en todos mis escritos. Evito temas como la depresión, ira, enojo, la fragilidad de la vida, la miseria humana y la infelicidad. Pero luego escribo mucho sobre lo que quiero en el presente y en el futuro. Y de alguna manera lo reflejo tanto que luego me dicen precisamente eso: escribes lo que quieres. Y sinceramente a veces prefiero no escribir eso que tanto anhelo. Pienso que es mejor si me sucede en la vida real. Por esta razón deje de escribir mucho tiempo, y por cuestiones de trabajo. En realidad escribir se volvió un escape de mi realidad. Hasta que llego el momento en que ya no tenía nada que decir. Con el tiempo encontré nuevos motivos para sentarme de nuevo frente a la computadora. Recuerdo que empecé escribiendo en hojas blancas. Aun las conservo en cajas. Luego es agradable volver a leerse de nuevo. Para mí es como redescubrirme. De alguna manera muestra como pensaba y como pienso y esto me da un parámetro para saber si he evolucionado o involucionado. En algunas cosas si, en otras sigo igual. No me gusta decir lo obvio. Sabes perfectamente por que escribo ahora. En quien pienso, que siento, que quiero. Me gusta verte sonreír, es agradable. Todo en ti es agradable. De veras. No lo digo nada más por decir. Ojala pudiera congelar este momento y vivirlo eternamente. Pensándolo bien, queda más en una película, la vida real es otra cosa, requiere de más creatividad. Digo yo. Para vivir bien se necesita ser mentalmente fuerte, nada más. Pero no abordemos este tema ahora, mejor en otra ocasión, por favor. Te estaba contando mi miedo a escribir. Ya para terminar déjame contarte algo que leí en un libro de Mario Vargas Llosa. Él dice que un escritor debe ser lo contrario a un striptease. Ahora dime ¿Por qué crees que te digo todo esto?