martes, 10 de enero de 2012

María y José.

Mi mente y mis sentimientos se encuentran luchando en este momento. Por una parte mi mente trata de decirme de lo irracional y absurdo de este texto. Por otro lado mis sentimientos no tardan en desbordarse. La imaginación, detrás de ellos empuja con fuerza. Y aunque esto puede parecer un intento de llamar tu atención, prefiero que se convierta en un texto capaz de arañarte el corazón.

Sé que no nos conocemos, que no conozco tu color favorito, la película que ves una y otra vez, la canción que te llena de felicidad, así como muchos otros más detalles de ti. Aun así, con todas estas limitantes quiero dedicarte este pequeño texto. Y como me hacen falta datos, pero me sobra imaginación, exagerare a partir de ahora los hechos, las circunstancias y la realidad para hacer de esta historia algo a mi favor. Es aquí donde entra la imaginación y sucede más o menos así:

José va todos los días a Bancomer. En ventanilla José deposita o retira según sea el caso. Lleva haciendo esto poco más de un año. Solo el fin de semana se da el lujo de soñar con los ojos abiertos. Lo puedo describir como muy retraído, muy soñador y muy cerrado en el sentido de que no platica mucho. Antes, para el esto era un problema. Después de leer cientos de libros y analizar cantidad de circunstancias, José está tranquilo consigo mismo. Sueña con hacer una película. Antes quería escribir un libro, pero abandono esta idea por flojera y por el trabajo. Circunstancias de la vida lo han llevado ahora a retomar la escritura.

José no se ha dado cuenta, pero yo sí. Le gusta María, la cajera de la ventanilla dos. Como lo conozco sé que se tardará en hacer algo. Usa mucho la cabeza, razona demasiado, piensa exageradamente y hace muchos cálculos. Al menos acepto que en eso es bueno, pero para el amor solo se necesitan los sentimientos. Luchará (no de dos a tres caídas) por saber si lo que siente es real. Lo siente y ya.

Mientras espera su turno para ser atendido, José observa a María. Ya está en la etapa en que esta buscado que hacer. Entre las posibilidades se encuentran: buscarla en Facebook, conseguir su correo electrónico o número de celular, pedirle ayuda a Maritza (de la caja cuatro), escribirle en un papelito o esperarla a que salga de su trabajo. Le parece ridículo hacerle plática mientras lo atiende. Eso dice él. La verdad es que le da pena.

Solo espero que no le pase como al chico que tiene cáncer, la historia de Mariano Osorio que se llama: dos chicos enamorados (disponible en you tube). Es la historia de Rodrigo, joven de diecisiete años que tiene cáncer y sus días están contados. Aburrido de estar encerrado en casa, un día sale a la calle y se enamora de una chica de su edad que atiende una tienda de discos. Todos los días le compra un disco y ella lo envuelve. El día que Rodrigo está dispuesto a declararle su amor, solo acertó a escribir en un papel su número telefónico y salir corriendo. Cuando Sofía marca el número, la madre de Rodrigo le comunica la trágica noticia. Acto seguido entra a la habitación de su hijo y encuentra los discos envueltos y por curiosidad destapa uno al azar. Se sorprende al ver que de la envoltura cae una nota. Esto da paso a que abra uno por uno los discos. En todas las notas que encuentra el común denominador es que ella sentía lo mismo que el. La moraleja de la historia es: “No debemos esperar demasiado para decirle a ese alguien especial lo que verdaderamente sentimos. Díselo hoy. Hazlo ahora. Mañana podría ser muy tarde”.

Yo no sé si esta historia se aplica o no, esto tendría que preguntárselo a José pues es él quien analiza las cosas. Pero quizá, podría ser que a María le agrade José. Uno nunca sabe.

María es simpática, honesta, inteligente y sincera. Tiene modestia, es optimista y siempre está buen humor. Le agrada la libertad, viajar, las leyes, la aventura y la capacidad de comprender. Pero José no lo sabe. No lo sabe porque no la conoce. No la conoce porque en parte tiene miedo. Miedo de que tenga novio, lo cual se traduce a que sus posibilidades se reduzcan a cero.

En lo personal si alguien me pregunta puedo decir que tienen algo en común, aparte del apellido. Es algo que no puedo explicar, simplemente lo sé por intuición. Yo pienso que si se conocen existen muchas posibilidades de que sean novios. Harían bonita pareja, se complementarían. Si, suena cursi sobre todo viniendo de mí, pero sinceramente no creo que esté exagerando. Algo en las actitudes de los dos me lo dice. Es solo cuestión de que José se decida.

La fila avanza muy despacio, José quisiera que no avanzara, así podría ver a María todo el tiempo. Y desde ahí confirma (una vez más) lo que yo me sé de memoria: le gusta.

El día de hoy José tuvo un día de mucha actividad, vino, fue, hizo, deshizo, engrapó, pegó, cortó, facturó, archivó, capturó, etcétera, etcétera. A las seis empunto abordó el bus y bajó pasando dos cuadras. Esperen, dejen ponerme cómodo. Iré por un refresco y unas palomitas para seguir narrando como si estuviera viendo una película. Ahora sí, continuamos. Seis de la tarde. José bajo en la esquina y miro hacia atrás. Tomo el teléfono público que se encuentra ahí y marco un numero ochocientos, pero la grabación le pedía una y otra vez que esperara en línea “en un momento lo atendemos”. Si, está un poco nervioso (yo también lo estoy). Camina de un lado a otro, va, regresa, cruza la calle, vuelve a cruzar y se detiene a esperar.

¿Qué le dirá? “Hola, ¿cómo estás?”, “Espero que no te moleste que te haya esperado”, “Pasaba por aquí, ningún teléfono cerca y no lo pude resistir”, “Hola, ¿me regalas cinco minutos de tu tiempo? No me llevará más, te lo aseguro. Lo que pasa es que como vengo con frecuencia al banco te he visto (¡es obvio!) y…”, “Hola, solo quiero saber si quieres ir al cine. Lo que pasa es que hay una película que se llama…bueno, no recuerdo pero tiene buenas críticas”, “Hola, quiero pedirte un favor, espero no sea mucha molestia. Es que quiero hacer una película que trate de un robo a un banco y ojala me puedas ayudar con algunas ideas”, “¿Tienes un lapicero?, ¿me puedes decir la hora?”.

Esto se va a poner interesante. ¿Saldrá sola? ¿Alguien irá por ella? ¿José la verá salir y no hará nada? O peor aún, lo dejará para otro día. ¡Es por eso que no se pueden perder el próximo capítulo de esta interesante historia!