lunes, 10 de enero de 2011

Mis pensamientos son para ti.

Estoy en blanco. Por primera vez en mi vida no sé qué decir. Mis pensamientos pasan con relativa tranquilidad por mi mente, pero no los puedo escribir. Tu nombre pasa por mi memoria y te imagino. Me gustaría verte. Me gustaría que me dijeras en que he cambiado. Porque desde la última vez que nos vimos a la fecha ya no soy el mismo. Y por eso necesito que me digas si así estoy mejor. O he de volver a ser el de antes. Extraño tu mirada y ese gesto que me mata. Quiero escuchar tu voz. Sentarme frente a ti y platicar por muchas horas. Lo bueno de estar en blanco es que tu estas ahí. Ojala que siempre estés en mi mente y en mi corazón y a mi lado. Ojala que siempre podamos ver cada atardecer – perdóname la cursilería – tomados de la mano. Ojala la vida fuera de otra manera. Ojala siempre pudiera estar atado a tus caderas.

El sol empieza a caer. Y me vienen más y más recuerdos. Me siento como si fuera niño de nuevo. Todo me sorprende, todo me alegra. Estas son las cosas que valen la pena. Por eso necesito que estés aquí para sentirme pleno. Es todo lo que pido. Es lo único que me falta ¿Por qué la distancia nos separa?

Miro el reloj. Es hora de abandonar este sillón. La calle me espera.