Me gusta la nueva
canción de Coldplay: magic. Me gusta verte sonreír. Me gusta escribir mientras
me miras. Luego, cuando no estás junto a mí y escucho esa canción parece que
estas aquí. Hay tantas cosas que quiero contarte. Pero entre tu mirada y tu
sonrisa todo se me olvida. Es por eso que he decidido escribirte mis
pensamientos todos desordenados y – lo vuelvo a repetir – aunque tú no estás,
parece que estas aquí, frente a mí. Vives en mi corazón (y no pagas renta), en
mi mente y en cada parte de mi cuerpo, como dice una canción pop que
seguramente conoces, pero no me hagas decir quien canta, que quede entre los
dos el nombre de la cantante.
Sabes que me aterra
el futuro y que soy presa del pasado. Conoces perfectamente lo que voy a decir,
la manera en que voy a reaccionar y lo fácil que me puedes manipular. Sabes que
siempre pienso más de lo que actúo y aun así me dices que soy impredecible
cuando estoy seguro que sabes lo que voy a hacer. Sabes que me gusta darle
vueltas al asunto antes de llegar al punto. Por eso me gusta escribirte porque
de la nada saco un mundo.
A veces se nos
escapan trivialidades en la vida cotidiana. Todo el día platicando y aun así no
terminamos el tema, me parece increíble. En otras ocasiones nos decimos poco,
los silencios también son necesarios. Es otra forma de comunicarme contigo que
también me agrada. En el silencio se reflejan más nuestras actitudes y
sentimientos. Esas tristezas, alegrías y preocupaciones que a veces nos ocupan,
sobre todo las primeras y las últimas, más de lo que deberían.
Porque no todo es
miel sobre hojuelas, también tenemos nuestro lado oscuro. Esos momentos
inoportunos. Esos pequeños miedos. Esas discusiones. Esa inconformidad. Ese
creer que todo se va a terminar. Y ese otro demonio llamado rutina. A diario
luchamos contra el. La mayoría de las veces le ganamos la batalla, pero también
hay días que tenemos algún revés.
Pero siempre hay algo
más fuerte. Algo que nos ayuda a salir adelante. Llámalo amor, llámalo energía,
llámalo magia, llámalo destino, llámalo como quieras llamarle. A veces le
llamo: tu mirada. Porque me deja sin palabras o me hace ser muy elocuente.
Porque me llega al alma. Porque me dice todo sin decirme nada.
Es aquí donde vuelvo
al principio. El amor es como un ciclo y en nuestro caso quiero que sea un
ciclo sin fin. Nuestra gran historia que escribimos a diario para que en un
futuro sea contada por nuestros descendientes, parientes, vecinos, amigos,
propios y extraños. Aunque lo mejor será conservarla en el anonimato. Lejos de
los reflectores de la popularidad. Aquí no hay espacio para nadie más, solo
estamos tu y yo. Los demás puedes ser espectadores, simples especuladores de lo
que pasa entre nosotros.
Me gusta la nueva
canción de Coldplay: magic. Me gusta verte sonreír. Me gusta escribir mientras
me miras. Me gusta que estés aquí.