lunes, 10 de mayo de 2010

El cuaderno a rayas.

Claudia dice que escribo bien. Es bueno que lo mencione. Al menos me da un motivo para seguir haciéndolo. Hace mucho que no la veo. En alguna ocasión le mande un mensaje diciéndole que si viviera cerca la buscaría mucho para platicar. A veces la encuentro en el Messenger. A veces le hablo por teléfono. Nuestras vidas se separaran y quizá algún día ya no sepa de ella. Eso suele suceder cuando las personas se dejan de ver. Aun así le deseo lo mejor en su vida por que se que ella también quiere lo mejor para mí.

Estoy sentado al borde de mi cama y escucho música de la radio. Me vienen ideas y pensamientos. Me vienen recuerdos. Pienso en Camelia. Me hubiera gustado conocerla más. Salir a platicar con ella. Las circunstancias de la vida o como se llame (si es que tiene un nombre) hicieron que las cosas no fueran así. Ahora me han dicho que la han visto con alguien. Seguramente es su novio. De cualquier forma a ella no le intereso como algo más. Tal vez como amigo y ya. Ese tipo de cosas duelen. Pero no es un dolor físico. No sé exactamente en qué parte del cuerpo se siente. Y no sé que mas decir al respecto. Es algo por lo cual ya no he pasado y no quiero volver a pasar. Es probable que el tiempo nos enseñe a vivir y todo se vuelve soportable con el paso de los años. Imaginaba cosas con Camelia. Cosas propias de enamorados. Me ilusione. Y lo poco que llegue a conocerla me hizo pensar que era el amor de mi vida. Tal vez suene cursi, pero algún día encontrare al amor de mi vida.

He dejado de pensar y hacer muchas cosas. A veces las extraño pero mi ritmo de vida no me permite recuperarlas. Antes me preocupaba porque me faltaban muchos libros por leer. Ahora ya no le tomo importancia. Ya no voy al cine y el cable del audio del DVD no sirve. Debo conseguir otro para ver películas por la tarde. Eso me permitirá soñar y hacer de este mundo un poco más tolerable. Pensándolo bien debo permitirme recuperar esas actividades y hacerlas una vez por semana. No creí que la vida cambiara tanto. ¿Cambie yo también? ¿Soy más bueno? ¿Más malo? ¿Más serio? ¿Más alegre? Y lo más importante ¿estoy conforme con mi manera de ser?

Los domingos tengo tiempo libre. Arreglo mi habitación, veo televisión, escucho música y salgo un rato a la calle. Cuando me doy cuenta el día termino. Antes los domingos eran insoportables/agradables. Insoportables porque con solo pensar que al día siguiente había que trabajar sentía un gran pesar, un gran vacío, una gran inconformidad. Y lo peor de todo era que así seria por el resto de mi vida. Agradables porque no había trabajo, me relajaba y si era posible me podía divertir, cosa que entre semana no lograba conseguir. Ahora es distinto. Creo que ya me acostumbre. Ya no pienso en muchas cosas. La vida es más simple de lo que parece. Vive y deja vivir. Esto ultimo no recuerdo si es la letra de una canción, pero estoy seguro que en algún lugar lo escuche y de una persona importante.

Empecé mis trámites de titilación. No hubo tristeza. No hubo recuerdos. No hubo un vacío en mi interior. Hace mucho calor. Imágenes del pasado de vez en cuando vuelven a mi memoria cuando escucho música. Eso me hace sentir bien y me da la posibilidad de sorprenderme al ver el cambio de aquel entonces al día de hoy. Dentro de esos gratos recuerdos esta Carmen, que por cierto, tiene como cinco meses que no la veo. En las noches me inspiro mejor cuando no hace calor. Me pongo a ver las estrellas como cuando era niño. Y si escucho música puedo seguir así por mucho tiempo. Y si me acompaña una hoja y un lapicero anoto todo lo que pienso. La idea de ser escritor ya la abandoné un poco por el tiempo. Regreso cansado del trabajo y lo que menos quiero es hacer algo. Espontáneamente anoto algo en mi cuaderno.

¿Qué voy a hacer con el tiempo que se pasa tan rápido? No me permite realizar todas las cosas que yo quiero. No me espera. El día de hoy se fue por completo. No me permitió sentirme pleno. No quisiera descuidar mi vida y el día que yo quiera recuperarla sea demasiado tarde. Observo el reloj. Es hora de dormir. Apagaré mi radio. Hoy no le hablé a Claudia. Quizá mañana. Ya tengo las fichas que voy a entregar. Tengo que pasar por Independencia y no quiero. El tráfico es insoportable en esa calle. Creo que no hay nada pendiente. Ya puse la alarma. Planché mi ropa. Oré. Ya me puse mi pijama a rayas como el cuaderno en el que escribo.