martes, 10 de octubre de 2017

Momentos

Ya quiero que se termine el semestre. Faltan dos meses y medio aun, pero ya quiero vacaciones de nuevo. Por lo visto el verano no fue suficiente. A veces quisiera abandonarlo todo. Creo que solo estudio para tener la carrera y que después sea más “fácil” tener un trabajo. A veces quisiera dejar la carrera y trabajar para después comprar un título universitario. Finalmente, ese es el objetivo de estudiar, tener el titulo colgado en la pared. Hasta un profesor lo dijo: “Si no les gusta lo que están estudiando, mejor trabajen. Dejen de engañarse y de hacer gastar a sus padres. Hagan lo que les guste hacer.” Dos cosas. Una: ¿en verdad no me gusta mi carrera? La verdad, no. Pero no la odio. Tal vez es como uno de esos matrimonios en que se toleran, pero no se aman. Dos: no voy a dejar de estudiar por C., de otra manera, el mismo día que me cayó el veinte, hubiera abandonado la escuela. Pero me detengo por C.

Conocí a C en primer semestre. Desde entonces estudiamos juntos. Y esto no es solo una expresión para decir que vamos en el mismo grupo, sino que en muchas ocasiones si estudiamos juntos. Desde entonces nos llevamos bien y la verdad es que no sé en qué momento me enamoré de ella. Miento. Si sé. Desde el primer momento en que la vi, lo primero que noté fue su belleza, pero empecé a sentir algo por ella en tercer semestre. Son de esas cosas que no buscas, que solo llegan. Disculpen si caigo en clishes, pero es que el amor se parece mucho a una carretera con baches. Por más que los esquives, tarde o temprano caerás en uno. Quiero decirle lo que siento. O tal vez debo invitarla a salir e ir poco a poco. En cualquiera de los dos caminos el resultado es el mismo: tengo miedo de decirle lo que siento. Lo sé, es ridículo, pero en verdad tengo miedo.

Si no fuera a la escuela, ¿qué haría? Si no estudiara esta carrera, ¿qué carrera estudiaría? Todavía tengo la costumbre de acostarme en la azotea y ver las estrellas. Cuando era niño me daba miedo esa sensación de mareo que se siente cuando no ves otra cosa más que el cielo. A veces aun me ocurre. Me pregunto si en diez años aun me acostaré en la azotea para ver las estrellas. Me pregunto si estaré casado, si seré feliz. ¿C y yo aun platicaremos? Ayer vi una película. Al terminar, hablé con C por teléfono. Hablamos casi una hora. Mañana la veo en la escuela. Ya terminé la tarea y no tengo nada más que hacer. Solo escuchar música y ver el atardecer.