Me hubiera gustado
conocerte. Me hubiera gustado salir contigo y platicar. Me hubiera gustado
saber que música te gusta, que libros has leído, cuáles son tus películas
preferidas, que te gusta ver en la televisión, cuál es tu color favorito, si
practicas algún deporte, como escogiste tu profesión, porque en esa
universidad, que te motiva, en que crees y muchas otras cosas más. Me hubiera
gustado saber de tu vida. Si tienes hermanos y qué lugar ocupas entre ellos. Me
hubiera gustado saber qué esperas de la vida, cuál es tu filosofía. Me hubiera
gustado esperarte afuera de tu trabajo. Me hubiera gustado ir contigo a tomar
un café, sentarnos en la banca de un parque, caminar en la calle sin rumbo
fijo, ir al cine. Me hubiera gustado verte todos los días, escuchar tu voz,
perderme en tus ojos, ponerme nervioso y no saber qué decir, verte sonreír.
Me hubiera gustado
comprobar si podíamos ser el uno para el otro o simplemente amigos. Quizá
también hubiéramos terminado odiándonos de por vida, pero me hubiera gustado
saber cuál de estas opciones nos definiría. Me hubiera gustado que entraras en
mi vida. Me hubiera gustado dejarte entrar en mi vida. Me hubieran gustado
tantas cosas.
Si no nos volvemos a
ver nunca en la vida, estas fueron mis palabras de despedida. Cuídate y se
feliz. En cambio si volvemos a vernos, espero que nos saludemos y si la ocasión
lo amerita, platiquemos. Pero eso ya el tiempo nos lo dirá.