No tengo facebook ni
twitter. Tampoco tengo instagram, linkedin ni myspace. Como en su momento no
tuve hi5, metroflog ni blog. A regañadientes tengo correo electrónico y lo saqué
porque lo necesitaba para la escuela. Ahora lo ocupo poco, es mi única conexión
con el mundo virtual. No soy paranoico y no pienso que el gobierno revisa mi
información. De cualquier manera no tengo nada que esconder. Tampoco soy un
criminal y no creo que el gobierno se interese en mí de alguna forma. Entonces,
¿por qué no tengo redes sociales? Simple y sencillamente porque quitan tiempo.
Prefiero ver televisión, escribir, leer, salir a jugar, buscar a Ruth. Esto no
quiere decir que no enciendo una computadora, al contrario, la mayor parte del
tiempo trabajo con una. Eso sí, veo videos en youtube, leo algunas noticias y
visito muchas páginas. Internet es muy útil.
Recuerdo cuando mis
amigos empezaron a tener hi5. Recuerdo que pensé que eso era superficial y en
cierta forma lo sigo pensando. Bueno, ahora lo pienso de facebook. Muchos me
han tratado de convencer que por lo menos tenga whatsapp, incluso Ruth. Una vez
me cuestionó seriamente él porque me “alejo” de esa manera. Cuando le expuse mi
punto de vista quedó conforme. No crean que me la paso encerrado en mi
habitación y que cuando salgo voy de mi casa al trabajo y ya. Que como no tengo
redes sociales, estoy aislado de todo y de todos. No, mi vida no es así. Todas
las tardes o la mayoría de las tardes salgo con Ruth. Dos o tres veces por
semana veo a mis amigos. Los domingos voy a jugar futbol. Hablo con mis padres
o los voy a visitar y así con el resto de mi familia. Cuando quiero comunicarme
con alguien le hablo a su celular o a su casa. Si solo es cosa de dar un recado
o hacer una confirmación de algo mando mensaje de texto.
¿Cómo puedo vivir
así? Me preguntan aun de vez en cuando. Preferiría que me hicieran esa pregunta
si no tengo celular. De esa manera no se puede vivir. Pero sin redes sociales
sí. Confieso que al principio era difícil porque mis amigos (incluso Ruth)
hablaban de postear, que tal amiga subió una foto, que tal amigo se va a casar,
que si supieron de la titulación de fulanito, que si esto, que si el otro y no
entendía de que estaban hablando. Ahora ya estoy más familiarizado con el
lenguaje. Ruth me ha enseñado a usar varias cosas y me ha mostrado las fotos en
donde aparezco. Aun así no me da por abrir mi cuenta. Quizá en twitter si,
quizá alguien día sucumba ante el encanto de la tecnología. De momento sigo
prefiriendo la comunicación interpersonal. Las cosas importantes se dicen en
persona o por teléfono. Quizá estoy mal, no lo sé. Tal vez debería preguntarle
a un psicólogo y probablemente me pregunte como me siento al respecto y le responderé
que bien. Entonces me dirá que no hay problema alguno. Espero, je.
A veces pienso que
hay un destino. Que hagamos lo que hagamos no vamos a cambiar las cosas. No sé
si en el futuro por fin tenga una “vida” virtual, pero me pregunto a donde nos
llevara todo esto. Imagino que en algún momento, por ley, tenemos que estar
registrados en al menos una red social. No sé que mas inventos habrá, no todos
serán malos, pero siento que nos estamos apartando el uno del otro. Como en Wall-e. Espero que solo sea mi imaginación y que el futuro sea prometedor para
todos. Como el final feliz de alguna película de Disney.